lunes, 29 de noviembre de 2010

El CNAG y un servidor

Este sábado tocaba llevar al nene pequeño a un cumple que se celebraba en un parque de Barcelona.

Cada niño debía llevar algo de comida para hacer un picnic entre todos y pasar un rato saltando en los columpios.

Así que, tras renegar un poco por lo duro que es el oficio de taxi padre y porque no encontraba el dichoso parquecito y ansioso ante la perspectiva de compartir una de esas conversaciones de ascensor con los padres de los otros nenes, me presenté en el lugar de autos.

La verdad es que habían montado una serie de actividades que distrajeron a la chusma infantil que corría alegre por los jardines.

Solo me quedaba amenizar ese tiempo en el que los nenes disfrutan con una conversación interesantísima sobre lo frío que está el invierno o las bondades de la dieta mediterránea.

Pero, de repente, escuché a un grupo de padres hablando en la lengua de Chéspir, esto es, en lo que se ha dado en llamar inglés europeo, que viene a ser la base común anglófona en la que un finlandés se entiende con un ruso.

Y en ese pickinglish pregunté inocentemente a qué se dedicaban los allí presentes.

- Pues acabamos de comenzar en el Centro Nacional de Investigación Genómica. Mi marido lleva toda la parte de superordenadores y yo llevo la secuenciación.

- Guau-pienso. Eso sí que es impresionante.

Así que, dispuesto a asumir mi ignorancia, me asomo al vacío del desconocimiento y siento un extraño vértigo.

- Y ¿qué es lo que se hace allí? - pregunto, intentando aparentar naturalidad.

- Estamos secuenciando el genoma humano para estudiar mutaciones de diferentes tipos de cáncer. Básicamente sacamos la secuencia del ADN de una célula sana y vemos cómo es una célula alterada. Así vemos qué mutaciones se producen y quizás se pueda encontrar cuál es el mecanismo del cambio.

Me pongo a pensar que esto se está alejando cada vez más de una conversación de parque infantil.

Y decido no soltar la presa:

-Pero, vamos a ver - digo, recordando mis rudimentos de bioquímica y desenterrando la "adenina" de los recovecos del olvido- ¿esa secuencia es una sucesión de letritas P, T, A, G?

- ¡Exactamente! Pones millones de bases en un orden y te da la secuencia del ADN, que es la misma en todas las células del individuo.

- Más o menos ¿cuántas?

- Tres coma tres por diez a la diez.

-Vale (ya lanzado y sin dejarme arredrar frente a esos diez dieces), pero ¿cómo consigues ver una cosita tan pequeña? Es que yo trabajo en la construcción y allí todo se ve fácilmente- matizo, con la esperanza de que la explicación sea algo comprensible.

-Es fácil. Se trata de cortar el ADN de forma aleatoria. Cortas la tira en dos lugares al azar y así tienes dos extremos. Es como si fuera una tira con dos cortes. Podemos leer ciento cincuenta bases por cada lado del corte de la cinta y además sabemos dónde se han hecho esos cortes. Si hacemos suficientes lecturas, conseguimos la secuencia entera.

- Pero, eso de leer ¿cómo se hace?

- También es fácil. Todo está flotando en un líquido. Introducimos un reactivo y se produce una fluorescencia que se detecta y que difiere para cada base. Luego esos datos se captan y se transfieren al ordenador, que va recreando la secuencia entera. De hecho, cortamos muchísimas veces hasta que los cortes coinciden varias veces en el mismo sitio y estamos seguros de que la secuencia es la correcta.

Ya mareado del todo pienso en algas verdes flotando en el mar con destellos fosforescentes.

-Y todo eso ¿se mete en un ordenador?

- Bueno, más o menos - me aclara la madre de Juliette, mientras mira a su hija que corre por los columpios. Se necesita un super-ordenador como el Mare Nostrum o algo similar. Además tenemos que guardar millones de datos de la célula sana pero también de las células enfermas para el tipo de cáncer que estudiamos.

- ¿Y eso es fiable? - pregunto inocentemente. Quiero decir: siempre se produce la misma mutación para el mismo tipo de cáncer.

- Pues no. Y esa es una de las dificultades: la célula enferma aislada comienza a hacer cosas extrañas para intentar sobrevivir en un medio hostil. Esto es, cambia y se transforma de forma diferente a cómo lo haría en realidad.

-Caramba- pienso. ¡Cuanto más pregunto, más me asomo a la extensión de mi ignorancia!


Bueno, se va haciendo tarde. Toca recoger a los niños, cantar el cumpleaños feliz y entregar el regalito.

- Hasta la próxima. Seguro que si nos vemos de nuevo, nos costará ponernos a hablar del tiempo.




PS1 : Que algún bioquímico me lo corrija, que seguro que no he entendido ni la mitad de la mitad de lo que me explicaron esa mañana de sábado.

PS2 : Estas referencias las he encontrado después. Me maravillo porque me han explicado claramente lo que podría sonar a arameo paleocristiano.

http://es.wikipedia.org/wiki/Genoma_humano

http://es.wikipedia.org/wiki/Secuenciacion_de_ADN

1 comentario:

  1. Cuando dos personas "normales" se ponen a hablar del ADN en vez del tiempo, y encima en ingles je je je dice algo sobre el ser humano.
    Todavía no esta todo perdido, hay esperanza sobre todo para algunos; y eso que no tocaron las dos ruedas, he Javier.

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