domingo, 21 de marzo de 2010

Festival gastronómico en “El Caliu d’en Puas”

En ocasiones el oficio de crítico gastronómico depara sorpresas inefables en forma de festival de los sentidos. Es entonces deber de cronista rendir pleitesía al arte excelso del alquimista de los fogones que hace posible acercarse, durante un fugaz instante, al vértigo del infinito que invade los sentidos.

El eco del arte del fogonero, el maestro Puas, ha resonado con fuerza en innumerables foros y, por ello, una visita al “Caliu d’en Puas” se emprende como una peregrinación obligada del aficionado de la buena mesa.

La experiencia de los sentidos comienza ya al acceder al atrio del palacio que acoge mesa y cocina. Los iniciados se saludan, conscientes de que van a participar en una experiencia que, tal vez, los hará mejores. El acceso a este templo de la cocina está vedado al mal humor y al tráfago de la vida cotidiana, que, al franquear el umbral, quedan relegados a un pasado difuso.

El maestro de ceremonias pronto acoge a los afortunados y les hace desde el principio sentirse como en casa propia.

Nada más entrar en la sala, sorprende esa ambientación agreste que te hace sentirte en comunicación con la naturaleza y que ha otorgado a este restaurante el sobrenombre de “Palacio del Garraf”.

Un pequeño entrante permite dar un anticipo de lo que espera a los afortunado: un entremés de empedrado de turrón con delicioso guirlache de cannabis. El chef nos explica que la inspiración del plato le llegó al observar un caminante con aires mayo-del-sesentaiochescos. Muy a pesar de los comensales, el plato resulta excesivo en su sazón. Así, solo un iluminado (don Miguel Pesca) consigue degustarlo hasta el final.

Pronto el primer plato, “descenso de shitaké con esencias arbóreas” colma toda expectativa y deja anonadados por su delicadeza al admirado comensal.

Sigue un “vol-au-vent de la extrema vigilancia” con fino hojaldre henchido de carne adobada con picantes especias cumple los más íntimos deseos de la exigente clientela. El manjar, presentado como entremés, es plato de resistencia y su degustación exige acendrados esfuerzos de los iniciados. Alguno incluso se siente literalmente “volar” transportado por las alegrías gastronómicas.

Tras este recio entremés, degustar el resto de la comida exige verdaderos esfuerzos. Sin embargo, nunca fuera degustación de chanzas tan bien servida. Y la alegría ante lo que vendrá ayuda a afrontar con decisión cualquier dificultad. Y es que todos somos conscientes de que toda experiencia de los sentidos debe ser ganada a pulso.

Al fin, escalada la primera parte del ágape, nos aprestamos a degustar un postre absolutamente sublime: un tapón de chocolate y turrón, presentado delicadamente en el plato cual torre de vigilancia frente a la adversidad.

Mención especial merece el esmerado servicio, realmente de fina escuela. Sabe sugerir sensaciones cual guía iniciático, pero, al mismo tiempo, permanecer en segundo plano para dejar al comensal gozar del festival de sensaciones.

Fiel a la tradición, el “Caliu d’en Puas” cuida también de forma extraordinaria la carta de caldos de la tierra, de fina cata delicada.

Al despedirse y franquear de nuevo el umbral los comensales sonríen, conscientes de que han vivido un momento de magia.

Ficha técnica
Nombre: Caliu d’en Puas
Tipo de cocina : Fusión transcendente de esencias mediterráneas
Para: compartir con buenos amigos
Relación calidad/precio : 11 sobre 10
Cotación Michelín : 4 estrellas galácticas

viernes, 19 de marzo de 2010

Mi camino

Mi camino es hoy un poco más mío.

Mi camino no es de esos que transitan todos. Casi no merece el nombre de camino, ya que en ocasiones solo puede transitar por él una persona.

Mi camino no es fácil de subir. Le cuesta entregar sus secretos y solo se deja conocer al precio de un gran esfuerzo.

Te debes acercar a él por un sendero umbrío recién despejado de esos restos de la nevada que hace tres días aún lo bloqueaban.

Subes por un surco muy estrecho, en el que hay que poner un pie delante de otro para avanzar. Y, al final de ese reguero, dos escalones incómodos de subir te llevan a otro tramo algo más tranquilo.

Pero mi camino no te da tregua. Pronto vuelve a haber árboles a los lados que dificultan pasar por una trazada cómoda y el barro en la parte más pendiente te hace resbalar, dificultando la subida.

Esa subida por terreno irregular te hace respirar con fuerza. Incluso te quita el resuello. Piensas entonces en que hay locos que bajaban por allí montados sobre dos ruedas, protegidos hasta arriba para evitar hacerse daño en algún revolcón inevitable.

Tras muchos esfuerzos llegas a una explanada en la que el bosque es nuevo. Nadie ha pasado por allí desde hace dos semanas, ya que el acceso era totalmente imposible.

Entonces echas la vista atrás, miras hacia Montserrat, la Mola y el Monseny. Ves la ciudad a tus pies y comprendes que la felicidad puede estar en medio de este bosque herido, pero que pronto volverá a sonreir.

Hoy estoy contento porque ese camino es un poco más mío

martes, 16 de marzo de 2010

Cronica di una giornata particolare

Estoy reventaíco. Mucho peor que el día del Moro, el Purgatorio y las 17 trialeras, peor que después de acabar una Selènika...

pero estoy contento.

Hoy creo que he devuelto a esa montaña de mis juegos algo de lo que ella me ha dado.

Tenía tiempo para hacer una buena salida en bici esta tarde, pero he cambiado el pedal por el machete y las ruedas por una buena sierra.

El sábado limpié el Laberinto Radikal como pude (incluso cayéndome de vez en cuando), pero me dí cuenta de que, sin herramientas adecuadas, era poco menos que imposible.

Y hoy me he puesto a explorar, andando, uno de esos caminos que casi nadie practica y que te hacen bajar a Barcelona desde lo alto de nuestras montañas.

Pronto he encontrado que el camino estaba tupido o completamente cerrado y abrir cada uno de esos pasos me ha costado más que tirarle a cualquier Pared.

Pero, al fin, el camino está expedito. Si pasáis un día por la Arrabasada, veréis en una curva muy cerrada (cerca de la protectora de animales) un camino que baja hasta la font de la Cabra. Si bajáis en bici, lo disfrutaréis. Si bajáis andando, pensaréis: "la próxima vez me traigo la bici".

Pasad por allí y disfrutad al mismo tiempo que contribuís a mantener otro camino más abierto.
Tras despejar ésta, me he dirigido hacia mis jardín secreto de Sol i Aire. Solo he podido despejar unos seiscientos metros, queda mucho antes de despejar uno solo de los caminos, pero un día estará listo y , ese día, disfrutaré más, si cabe, cada escalón , cada curva, pensando que ese camino es un poco de mi propiedad.

En total han sido cuatro horas de machete, sierra, empujar árboles... pero me he dado cuenta de que podemos hacerlo.

Venga ahí tenéis dos trialeras completas para disfrutar y un camino para continuar.

domingo, 7 de marzo de 2010

Matinal de triunfo en la Monumental de Collserola

Día desapacible el que se presentaba para esta matinal en la monumental de Collserola. El tiempo no parecía querer acompañar una faena digna de recordar.



El cartel de la fiesta imprimía en letras de molde el nombre de los cuatro espadas a los que poco importó el desapacible aire que removía el albero.



El cartel era de postín ya que congregaba, nada más y nada menos que a :



- Vestido de grana y azabache Xavi, er niño de Sant Cugat

- Ataviado con cielo y negro, Pedro, er de la Noé

- Con sobrio terno azabache, Marcelo, er maestro arbiselehte

- Enfundado en clásico traje de luces de purísima y alamares de oro, Javier, er de la quinta der sesantaicuatro



Y es que, a pesar de los agoreros pronósticos, los 4 diestros 4 respondieron presente cuando el clarín señaló el principio de los festejos.



A los sones del pasodoble torero “Francisco Alegre y olé” la comitiva inicia el paseíllo dirigiéndose desde la entrada del burladero de Sant Cugat a la presidencia, encaramada en lo alto de la torre de los Pajaritos, no sin antes recogerse durante unos momentos de fervor ante la efigie del santo Medir.



¡Bonito camino el que lleva al santo, al que saludamos desde las alturas del camino de ronda!



Pero, pronto el clarín del miedo reuena y, bajo la presidencia de la torre de los pájaros, los diestros vislumbramos el primer torito de la matinal. Con el desparpajo de los maestros er maestro arbiselehte lanza verónicas y estatuarios a derecha e izquierda. Eso se llama llamar, mandar y templar.



Buena faena clásica la der shikiyo der sesantaicuatro, con dos naturales de muleta y solo un pie tocando el albero, para relanzar con poderío.



Al punto los dos diestros de cielo-oro y grana-azabache surgen felices tras la buena faena de muletas.



Así cae el primer bisho del día, de nombre “Pajarito”.



Saludamos en ese punto al diestro Alberto, er niño del Jarabe y Chiquitín, er grande de Barselona, con quien intercambiamos saludos y anunciamos que deseamos lidiar al mismísimo Minotauro del Laberinto.



Compartimos suerte con estos dos afamados espadas, que nos presentan a la mismísima puerta de toriles.



Allí er niño del jarabe me da la alternativa con el estoque y yo saludo a la concurrencia, mirando al mundo desde el centro del albero y lanzando un sonoro ¡va por ustedes!



Así que tomo la muleta y observo aquel minotauro astifino, cárdeno bragado, resabido por tantas lides.



¡Qué disfrute sentir el poderío y coronar cada pase con un sonoro OOOOOOLE del público enfervorecido! A cada embestida del minotauro arrancaban los diestros altas verónicas de fina escuela y pases de pecho que hacían rugir la arena.



Sólo Chiquitín, er grande de Barcelona, se arrima en exceso y tiene una voltereta en una embestida en la que el animal entra derrotando con sus mortíferas astas.



Afortunadamente, er grande sale por su pie y la anécdota queda en susto sin afectar a las partes blandas del diestro.



Al punto, para cerrar faena, el diestro del jarabe decide entrar a matar con nueva suerte taurina: el trampolín de los peligros.



Contenemos la respiración cuando el espada encara el morlaco, se lanza a moderada velocidad, para al borde del abismo, templa, manda y saluda tras bordar la suerte. El resto de diestros decide dejarle disfrutar del calor del público en soledad, sabiendo que esos momentos dulces compensan de tantos sinsabores y cornadas.



Nos despedimos, pues, der niño del jarabe y del Chiquitín grande de Barselona, esperando que la lidia nos congregue en próximos festejos.



Y, con esperanza de nuevos trofeos, los cuatro diestros restantes encaramos las sinuosas laderas del Mundet, que resulta ser toro peleón y de incómoda faena.



La siguiente lidia es disfrutona, casi una novillada popular en comparación, pero ¡cuánto arte en cada quiebro! ¡Qué velocidad y qué serenidad en cada natural con salto de rana y en la traca final: ese supertobogán en el que todos disfrutamos como en corrida de fiesta mayor!



Desde lo alto, unos curiosos miran con respeto el novillo y lo encuentran demasiado bravo. Así que los cuatro diestros vuelven a subir para repetir suerte, adornándose en cada pase. Vemos a Pedro, er de la Noé, templando en cada momento y a Marcelo, er maestro arbiselehte, bordando con su arte cada lance, a Xavi, er niño de Sant Cugat, arrancando bravos y ar nene der sesantaicuatro, saltando sobre las olas…



Pero el clarín da el primer aviso: el tiempo apremia y 2 morlacos 2 nos esperan aún en toriles. El primero (la Pared II) nos mira desafiante desde lo alto de su atalaya, escarbando el albero con su pezuña, transformado en proceloso barro. Y a porta gayola recibe el maestro arbiselehte, haciendo surgir una ovación de admiración en el público.



Javier, er del sesantaicuatro, recibe el abrazo del maestro y salta al ruedo. Baja, manda, templa, apunta y clava banderillas en todo lo alto. Ruge enfervorecido el coso con pañuelos pidiendo trofeos de la bestia abatida.



Dos diestros observan la suerte y consideran, con buen criterio, que es más prudente adornarse en otra ocasión ante tal bicho.



Presentamos en sociedad la pared de Can Llosas, temible morlaco cincoañero de resabidas maneras. Sin embargo, como ya había sido lidiado en anteriores faenas y ya había sonado el tercer aviso, decidimos abreviar faena.



Queda pues indultado el astifino (por el momento).



Y, de paso, de paso, decidimos dominar otro semental de recia casta: la Pared I, que cae, igualmente, ante la mirada atónita del numeroso público.



El diestro Marcelo adorna incluso su faena con equilibrios al borde del abismo. ¡Oooooolé!



Balance final: una preciosa corrida en la que se abatieron fieras reses de la ganadería de Paredes, con mención especial al semental Minotauro.



Triunfo apoteósico en la monumental de Collserola. Seis orejas cortadas, dos rabos y hasta un toro indultado por su excepcional casta.



La despedida es efusiva: “Pronto en el coso del Garraf o en cualquier plaza mayor de pueblo…”Es que, estimados lectores, días así crean afición verdadera en estos lares.



Y, para celebrarlo, opípara comilona con amigos (con el maestro Jordi, convaleciente de su última cornada).



No, si al final va a ser verdad que hay días que tooodo sale bien.

jueves, 4 de marzo de 2010

Cuidadín con el IKEA - Las consecuencias

Debo reconocer que he recibido numerosas preguntas sobre mis recientes actividades y sobre el lugar en el que he pasado estos últimos días.

Agradezco a todos aquellos que se han preocupado por mí, ya que esas manifestaciones nacen de un aprecio sincero que sé valorar en su justa medida. Es cálido recibir esos mensajes de apoyo.
La verdad es que, con mi natural modestia, siempre he querido pasar desapercibido y permanecer en aquella "aurea mediocritas" en la que los días transcurren tranquilos y plácidos.

No obstante, tras vencer un atávico pudor, me decidí el otoño pasado a relatar de la forma más fidedigna posible lo que me había acaecido en un centro comercial sueco dedicado a la venta de muebles sin montar. Sin duda lo habéis adivinado: era el IKEA sito en el paraje de Montigalá.

La verdad es que , con dolor de mi corazón, aquello dió lugar a un sinfín de chascarrillos y sobreentendidos de mejor o peor gusto. Asistí desolado al espectáculo poco edificante de los comentarios jocosos y las insinuaciones subidas de tono.

¡Poco se imaginaban los comentadores lo embarazoso que había sido aquella situación y lo penoso de recordarlo en público!

Hoy, de nuevo, debo vencer mi natural timidez para salir al paso de las numerosas voces que han surgido y que ya me es imposible atajar. De esta forma, quiero evitar malinterpretaciones y acallar a todos aquellos que pensarán que se trata únicamente de una campaña orquestada por oscuros intereses.

Nada más lejos de la realidad.

La única verdad, la única, es que aquella historia (sí, sí, la del IKEA) ha llegado a oídos de suecos y suecas, que han expresado su opinión sobre aquellos hechos, creando, poco a poco, una corriente de opinión.

El fenómeno se ha ido amplificando, pasando, con el devenir de los días, de reunir algunas voces hasta transformarse en torrente tumultuoso. Al fin, las autoridades de aquel país han requerido mi presencia en tierras suecas para responder al clamor popular que exigía mi presencia.

Sinceramente no creo que sea totalmente merecedor de todo esto, pero, en fin, os lo dejo para que juzguéis vosotros mismos.

http://en.tackfilm.se/?id=1267694861513RA52

¡Qué duro es vivir en el torbellino desenfrenado de la fama!