viernes, 13 de noviembre de 2009

Strangers in the night - Crónica de un viernes 13

Esta es una crónica de una de los paseos nocturnos en bici con resultado más inexperado. Ocurrió un viernes 13 de noviembre de 2009



Strangers In The Night

Hoy Sinatra ha salido a pasear la bici. Ha sido una salida en solitario en la que me he reconciliado con la naturaleza y he olvidado malos rollos y prisas de la vida atareada que malamente llevamos.

Además me he reído yo solo como pocas veces. La culpa es de estos "Strangers in the night" que cruzas en la noche. Y, si no, juzgad, juzgad.

La espiral eterna


La cosa ha empezado a las cinco de la tarde (hora taurina), acercándose ya al Crepúsculo de un Viernes 13. Me he acercado al laberinto eterno donde he tomado la foto de al lado.



Venga, prueba de agudeza visual: Por trescientos gallifantes, encontrad el lugar del Vallés Occidental u Oriental donde se encuentra la espiral eterna de la foto ( y en el centro de la espiral de la vida, una bici de 12,200 kg).Una pista: se encuentra tras una bajada corta, pero muy pronunciada, en las cercanías de una trialera con un coche abandonado en medio en avanzado estado de descomposición (desconozco el modelo). Doy trescientos gallifantes más al que me localize la trialera y quinientos al que sepa el modelo del coche.

¡Perdidos!

Tras este preludio esotérico comenzaba mi andadura nocturna, en la que han cruzado por mi ruta han cruzado tres extraños en la noche.

Los últimos han sido un grupo de 20 niños de 6-7 años acompañados de 2 monitores que se habían perdido en el bosque. Iba yo más concentrado en sortear los jabalíes que se oían cerca cuando he escuchado llantos y gritos en la noche que decían : "Un rere l'altre", "No ploreu", "Aviat trobarem el camí"....

Me he desviado del sendero, he gritado para que me encontraran, y tras haber hecho señales de luz me he encontrado con unos niños desesperados y unos monitores bastante acongojados. ¡No era para menos porque estaban a 2 km del camino principal y sin saber por donde iban!

Eran las 19h45,por lo que llevaban dos horas a oscuras. Cuando les he dejado en el camino, tenían aún una hora de camino para llegar a su destino. Puede que hubieran salido de alli con las dos lamparitas que llevaban, pero no conocían el camino y estaban perdidos, perdidos... No sé yo, intuyo que, si no paso yo por allí, habrían acabado llamando a la poli, porque la cosa pintaba mal, mal.

Un momento terrorífico

Un ratito antes me había he encontrado en un sendero con un grupo de 15-20 personas con focos que estaban rodando una película. Se trataba de una de terror en inglés, para la que buscaban ubicaciones.

He esperado a que acabaran la escena y he cruzado por medio del plató improvisado. No era la primera vez que veía gente haciendo fotos o rodando, pero me ha sorprendido por el lugar y por el despliegue de medios.

Un momento de alegría para el cuerpo

Dejo para el final la primera de la noche en la que me he reído a placer.

Era ya noche cerrada, cuando, a la luz de mis focos, salgo escupido de un sendero y caigo en un parking cerca del merendero de la Creu d'Olorda.

Veo un señor algo mayor con cara de hacer esfuerzos, de pie, al lado de la puerta abierta de un coche. Le he saludado desde lejos con un "Bona tarda" y me he acercado hasta estar al lado, porque el camino pasaba al lado del coche.

He pensado: "¡Qué wraro! ¿Por qué no me responde con un saludo?" Cuando he pasado al lado he visto que en realidad miraba al cielo con ojos velados, y que seguramente tenía mucho calor, porque llevaba calzón quitado. En el interior del coche un ente (¿humano? ¿animal? ¿muñeca hinchable? no lo sabría decir) se ocupaba en aliviar los excesos seminales del buen hombre.

La verdad es que no sé en qué momento le he pillado, pero debe ser impresionante estar en plena faena y que te desembarque al lado un alienígena como yo lleno de focos.

Creo que o bien le ha gustado (tierra, trágame) o bien le he cortado el rollo totalmente.

Sí , sí, ya sé que "este tema sin fotos no vale nada"... pero, entendedlo, es que me ha parecido un pelín violento ponerme allí a documentar gráficamente la faena.

¡Viva la vida!

Con todo esto he acabado cantando para mí eso de Strangers in the night exchanging glances... y pensando ¡Viva la vida y la madre que la parrrió!

Bueno, creo que tras una salidita de más de 3 horas mañana con casi 1000 m de desnivel haré poca cosa. Llevaré a los nenes al tenis y lo mismo hago algo de gimnasio o de panching, depende de lo perrete que me vea.Y el domingo, ¿dónde es el bombardeo? ¡mapunto, mapunto !

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