lunes, 28 de febrero de 2011

Serre Chevalier fuera de pista- La Montagnolle

Estas vacaciones en la nieve se planteaban bajo buenos auspicios. Tras la experiencia de estas Navidades en Méribel sabíamos que toda la familia al completo podía ya disfrutar de casi todas las pistas y recorridos de cualquier estación. Parecía que quedaban atrás esas precauciones que, año tras año, nos hacían adaptar nuestros recorridos para no poner en dificultades a los más pequeños.






El pequeño Paul (8 años) ataca un campo de bañeras fuera de pista

(No lo parece pero el desnivel es considerable)



Por otra parte, los dos mayores ya habían acabado hacía años sus recorridos por las escuelas de esquí y ya tenían la capacidad técnica para afrontar casi cualquier itinerario.








Rafael baja un muro vertical ante la sorpresa de los paseantes



Además acudíamos a una estación conocida, Serre Chevalier, en la que sabía que, aparte de los pistas “oficiales”, se podía disfrutar en total seguridad de numerosos recorridos fuera de pista.



Compartíamos un chalet con todas las comodidades con otra familia de amigos con los que siempre ha habido buena sintonía.



En fin, que decimos que “hay días que TODO sale bien”, pero es indudable que si ponemos las mejores condiciones es aún más probable que las cosas salgan “del TODO bien”.



Con toda la familia disfrutamos de esos inmensos cañones naturales en los que uno se deja deslizar de lado a lado y siente sucesivamente el vértigo de la velocidad y la levedad de la ingravidez. Cuando uno ha probado aquello, vuelve de nuevo como una droga y disfruta concentrándose en las propias sensaciones o en los gritos de júbilo de los demás.



Pero, con todo, la sorpresa mayor fue encontrar que mi hijo mayor era el compañero de juegos al que podía proponer bajar por tal o cual sitio. De alguna forma los papeles se intercambiaban, porque él siempre replicaba con prudencia, temeroso de verse embarcado en aventuras inciertas.



Luego, todo hay que decirlo, la única aventura incierta era que yo penaba para seguir su ritmo y que él solventaba cualquier dificultad con una facilidad insultante.



Pero, en fin, ¡no me puedo enfadar por eso, antes al contrario! Como diría nuestro monarca : "Es motivo de orgullo y satisfacción..." y paro ahí porque se me cae la baba.



Uno de los días observé desde el telesillas que algunos esquiadores se atrevían con un fuera de pista monstruoso bajo el trazado del telesillas de Clot Gauthier. Se trataba de la "Super Draye": dos paredes verticales, bastante más inclinadas que la pista negra que dócilmente, serpenteaba entere ellas buscando una línea con menos inclinación.



La primera vez subí hasta allí con mi amigo Tuan y su hijo pequeño, pero, cuando vieron que la entrada se había de negociar derrapando entre rocas afiladas, me dejaron por loco y optaron por bajar por una pista más simple.



-Bueno, pensé, yo lo veo factible.



Dos derrapes laterales para evitar las rocas en una zona con bastante pendiente (o sea un despeñadero) y ¡ole! festival de nieve virgen hasta 500 m más abajo.



Cuando les volví a encontrar al pie del remonte, sabía que Rafael habría disfrutado allí. Además había localizado la mejor entrada (diría casi la única) y las mejores opciones de descenso. Al día siguiente estaba con Rafael allí dispuesto a enseñarle aquel jardín de juegos:









Una fotito de Rafael antes de comenzar el muro de Super Draye... y otra mía



Ahí creo que entendimos que se podían hacer y disfrutar otros recorridos, entre los cuales estaba el mítico de la Montagnolle. Para hacerse una idea basta ver el video profesional de la web de skitour. Si después de verlo no tienes ganas de vivirlo, en fin, no sé, no sé, consúltalo con un especialista. ;)



http://www.zapiks.com/serre-chevalier-la-montagnol-1.html



La cosa es simple: se sube en remonte hasta la cumbre del Yret (2900 m) y se inicia un descenso fuera de pista hasta llegar a 1400 m de altura en el pueblo de Monetier. Los primeros 1000 m de desnivel transcurren en un primer tramo majestuoso de nieve virgen, dentro de un inmenso circo glaciar en el que la vista se pierde.





Venga, vayamos por partes:







La salida desde el col du Vent (puerto del Viento) en lo alto del Yret






Tras este campo de bañeras, el fuera de pista sale a la izquierda

Avisado quedas : lo haces bajo tu responsabilidad



La vista se pierde en este inmenso circo

Y es que uno no se hace idea de las dimensiones del lugar...



... si le falta una referencia humana.



La pendiente es muy pronunciada (el 100% posiblemente) y la nieve virgen y la posible caída sin freno invitan a la prudencia. Con todo la suma de diversión, excitación ante el reto y grandeza del lugar hacen un combinado que se sube a la cabeza y que uno intenta guardar al máximo en su memoria.








Primero baja Rafael (lo siento, pero no supe manejar la máquina) y luego voy yo (y graba bien Rafael, que demuestra más dominio de las tecnologías digitales) ;)



Tras este primer tramo se llega al bosque encantado del Grand Tabuc y el camino se va haciendo cada vez más estrecho, más helado, más ondulado, más pendiente, mucho más estrecho… de tal manera que, en algunos momentos, uno no puede frenar de modo alguno, sino tan solo amortiguar como puede esos enormes baches, esperando que pronto, pronto….



Bueno, por suerte, finalmente, hay un pequeño ensanchamiento del camino (deja de tener el ancho de los esquíes y uno puede frenar algo) ufff.


Miras hacia atrás y, contento de haber sobrevivido, haces unas fotos para capturar la magia del lugar.









La parte final es un sendero que se une finalmente con una pista negra cerrada por exceso de hielo. Aquello nos pareció un simple paseo que nos devolvió a la civilización.





Al llegar al final del camino nos dimos la mano, conscientes de que habíamos pasado un momento único, contentos de haberlo vivido juntos. Un tiempo después pregunté a mi hijo que le había gustado más de toda aquella semana y él me respondió rotundo: la Montagnolle. ¡Por algo será!

Bueno, este es mi compañero de juegos. ¡Al final se quitó las gafas de sol!



2 comentarios:

  1. siempre es impresionante hacer cosas que poca gente haría, en este tu caso ademas en compañía de los tuyos, saludos y un abrazo.
    Los retos solo son eso retos y estos están concedidos para realizar los, enhorabuena por tus fabulosas vacaciones.

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  2. Gracias, figura.

    La aventura es más plena si la vives con alguien que aprecias.

    Para mí es un placer que mi hijo vaya muuuuucho más rápido que yo sobre los esquíes o que tenga mejor estilo que yo jugando al tenis. Espero poder seguir compartiendo momentos así con gente que quiero.

    Vivir solo alguna de nuestras aventuras está bien, pero compartirlas ¡es la bomba!

    Un abrazo

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