lunes, 11 de julio de 2011

Mont Fourcat (2001 m)

Esa mañana de domingo había decidido hacer algo diferente y descubrir un nuevo itinerario en los Pirineos franceses, cerca de Foix (a partir del pueblo de Mercus-Garrabet).

Había preparado todo con cuidado: bici, ropa, calzado, mapas... Pero ¡cagontó! ¡¿dónde está la mochila con las herramientas, cámara, chubasquero?!!

Vaya, me la he dejado en Barcelona. En fin, salgo realmente a la aventura, con una botellita pequeña de agua y el maillot lleno de cositas, pero rezando para no pinchar en el monte.

Llego al parking antes de la ascensión y veo una parejita que saca bicis de un coche, así que les pregunto si suben al Fourcat.


-Pues en principio sí. Haremos algo tranquilo con 1500 m de desnivel. Hoy somos dos- dice el hombre, señalando a la mujer - e iremos tranquilos.

¡La madre que los trujo! ¡Qué forma de trepar! Puede que la velocidad punta de la señora no fuera muy alta, pero aguantó sin ningún problema y no hizo esperar nada, nada (o sea que tuve que apretar para seguirle el ritmo).




El pico de Fourcat sobrepasa apenas los dos mil metros, pero la subida es absolutamente tremenda.

La carretera sube desde el río Ariège, cerca de Foix, en la parte baja del valle y se va elevando sobre las alturas, dejando ver los picos lejanos...









Luego la carretera da paso a una pista, que va ganando en inclinación hasta hacerse impracticable.



Después, la pista se transforma en camino que lleva hasta el pico, que se consigue alcanzar tras más de 1500 m de ascensión.




Cuando se deja el bosque, quedan aún 600 m de desnivel, que completamos en una hora y media de "empujabici".




El paisaje arriba es sobrecogedor y la vista se pierde en la distancia de los picos pirenaicos.

Bueno, todo eso ocurre cuando luce el sol. En realidad, hicimos todo en medio de una espesa bruma, que aumentaba el carácter épico de la aventura.


Es curioso, porque la bajada de 16 km y 1600 m de desnivel se hace en poco más de una hora y media.

Se trata de un singletrack sin mayor dificultad técnica, pero muy divertido, en en el que hay que jugar continuamente con el cuerpo para relanzar, girar, franquear...

Una gozada absoluta.

En total son 26 km en cinco horas, incluyendo paradas.

Y, casi lo más importante, dos buenos amigos y compañeros de aventuras por tierras galas.





El caso es que hoy me duelen las patitas y no sé por qué.